El poder de establecer intenciones diarias
El poder de establecer intenciones diarias ¿Con qué frecuencia empiezas el día sin controlarte a ti mismo? Quizá te levantas de la cama y te pones a trabajar directamente, o lo primero que haces es poner las necesidades de los demás por encima de las tuyas.
Si no te das tiempo para estar en contacto contigo mismo de forma regular, puedes tener una sensación de desconexión contigo mismo y con tus objetivos. Cuanto más evites tus propias necesidades, más abrumado puedes sentirte.
¿Qué significa establecer una intención?
Una intención es un compromiso contigo mismo.
Una intención no es necesariamente un objetivo o algo que se mide. En el caso de los objetivos, a menudo se nos enseña a establecerlos utilizando el marco SMART, pero una intención no es tan formal como eso.
Una intención es un sentimiento. Una vibración, por así decirlo.
Más que algo que hay que conseguir, es algo que hay que SER.
Una intención puede ser:
- Una herramienta para guiarte a lo largo del día cuando te enfrentas a decisiones que tomar
- Un recordatorio de en qué quieres centrarte (porque todos sabemos lo difícil que puede ser centrarse).
- El acto de identificar el tipo de energía que quieres aportar al día
- Un recordatorio para estar atento a lo largo del día
Las intenciones pueden alinearse con tus valores u objetivos. También pueden estar relacionadas con el tipo de persona en la que quieres convertirte. Por ejemplo, si valoras la productividad, tu intención podría ser: «Hoy me propongo estar concentrado y evitar las distracciones».
¿Por qué establecer intenciones diarias?
El modo en que cambiamos nuestras vidas es a través de la conciencia y la acción intencionada. Al establecer una intención, aportas presencia a tus propios pensamientos y acciones (porque seamos sinceros, la mayor parte del tiempo no estamos realmente presentes).
Entonces, ¿por qué no establecer un objetivo? Por supuesto, los objetivos son importantes porque nos sacan de nuestra zona de confort y nos llevan a cosas más grandes y mejores. Pero el hecho de fijarte un objetivo no significa que estés garantizado su logro.
Para lograr tus objetivos, tienes que identificar los pasos que te llevarán del punto A al punto B. Para mantener tu compromiso con los pasos definidos, necesitas el enfoque y la mentalidad adecuados para llegar a ellos.
Sin la mentalidad adecuada, es fácil distraerse o ser disuadido de tus objetivos. Por eso necesitas una intención. Es un recordatorio de lo que eres capaz de hacer. Te ayuda a no dejarte llevar por tus pensamientos cuando intentan convencerte de que otras cosas son más importantes.
Cómo establecer intenciones diarias
Te recomiendo que escribas una intención diaria como parte de tu rutina matutina. Puedes hacerlo en tu diario, en tu agenda o simplemente en la sección de notas de tu teléfono.
Para establecer las intenciones diarias, escribo lo siguiente en mi diario:
Hoy me propongo [rellenar el espacio en blanco].
Lo único que tienes que hacer es tomarte un minuto para pensar en lo que quieres para el día. Piensa en lo que quieres conseguir. Piensa en la energía que quieres atraer.
Aquí tienes otras cosas en las que pensar:
- ¿Qué tipo de persona quieres ser hoy?
- ¿Qué actitud quieres tener hacia los demás?
- ¿A qué necesitas comprometerte para vivir una vida con sentido?
- ¿En qué tienes que centrarte para alcanzar tus objetivos?
Tus intenciones pueden cambiar de un día para otro, o puedes quedarte con una intención que uses todo el tiempo. Una vez que hayas establecido una intención, pregúntate por qué es importante. ¿Con qué objetivo, valor o deseo mayor se relaciona? Esto ayuda a conectar la intención con un propósito mayor y a grabarla mejor en tu cabeza.
Recuerda que se trata de compromisos contigo mismo. Trátalos como recordatorios suaves, no como reglas severas.
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